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Es bien conocido por todos lo importante que resulta dormir y descansar adecuadamente para nuestra salud. La falta de sueño puede provocarnos síntomas no deseables como cansancio, ansiedad, irritabilidad, falta de concentración y un bajo rendimiento. Lo cierto es que en ocasiones nos cuesta dormir. Los pensamientos sobre diversos temas como la familia, el trabajo u algún tipo de problema ocupan nuestra mente, impidiéndonos conciliar el sueño. Esto puede llevarnos a padecer insomnio, lo que afecta negativamente a nuestra vida cotidiana. No obstante, a través del Mindfulness podemos ponerle solución, con una sencilla serie de ejercicios (recogidos en Help Guide) que nos ayudarán a liberar nuestra mente y descansar mejor. En el siguiente artículo os mostraremos cómo conseguirlo.
Para comprender en qué consiste el Mindfulness y cómo puede ayudarnos, primero tenemos que conocer cómo pensamos, es decir, como funciona nuestro cerebro.
Nuestro órgano más importante, por naturaleza, está en un estado de actividad y continuo pensamiento conocido como modo “hacer” o “haciendo”. Este estado hace que esté continuamente tratando de resolver problemas de nuestra vida cotidiana, aunque no nos demos cuenta. Es precisamente este estado de acción ininterrumpida lo que nos impide relajarnos, y por consiguiente, dormir. El objetivo consiste en pasar del modo “hacer” al modo “ser”, esto es, vivir el momento. Es aquí donde el Mindfulness entra en escena. Como ya hemos visto en otras ocasiones en el blog, el Mindfulness consiste en vivir el momento presente y gestionar de otra forma nuestra manera de pensar. El pasado ya no se puede cambiar, y el futuro se puede arruinar sino prestamos atención al presente. Por lo tanto, lo fundamental es concentrarnos en el ahora, en las sensaciones y pensamientos actuales de nuestro cuerpo. A través de esta práctica podemos ver las cosas con mayor claridad. Nos permite observar nuestros pensamientos como si fuésemos una tercera persona, y por tanto, conseguir que no nos afecten de forma directa, provocándonos estrés y preocupación (factores que nos impiden dormir por la noche).
Para ayudar a que tu cerebro desconecte y se centre en tu interior, hay varios ejercicios de relajación tradicional que puedes realizar antes de acostarte:
Debes tumbarte de espaldas, ponerte cómodo y concentrarte en tu respiración. Ésta no tiene por qué ser profunda, respira con normalidad. Imagina que el aire viene de un lugar lejano y concéntrate en tu pecho. Con cada respiración puedes pensar las palabras “in” y “out” o”dentro y “fuera” para ayudar a relajarte.
Este ejercicio puede ayudarte a descansar mejor con tan solo practicarlo 5 minutos al día. No obstante, lo recomendable son 20 minutos diarios.
Este ejercicio consiste en que tu mente se concentre en diferentes partes de tu cuerpo. Al igual que en el ejercicio anterior, debes tumbarte de espaldas. Consiste en que tu mente viaje por tu cuerpo: tu pecho, tus manos, tus pies…imaginando que estas zonas se tensan y se relajan. Si se desea, también se pueden tensar físicamente. Esto hará que tus músculos se tensen y luego se relajen, entrando en un estado de calma que favorezca el sueño.
Se puede realizar cualquiera de los dos ejercicios o incluso los dos, uno seguido del otro, ya que están relacionados.
La siguiente técnica de meditación consiste en visualizar un paisaje o escena en la que te encuentres en paz, libre. Cierra los ojos e imagínate que estás en una playa desierta (o cualquier otro lugar que te transmita calma, hay total libertad de elección). Hay que olvidarse de los pensamientos y concentrarse en ese lugar, explorándolo con la mente. Este ejercicio se puede realizar también con auriculares con sonidos relajantes o que evoquen el lugar imaginado. Debe ser lo más sensorial posible, cuanto más lo evoquemos en nuestra mente mejor.
Por último, podemos optar por la relajación a través del contacto físico de nosotros mismos con nuestro cuerpo, masajeándonos cualquier parte del cuerpo que esté fácilmente a nuestro alcance. Esto nos permitirá aliviar el dolor y la tensión muscular. La clave está en amasar los músculos e intentar movimientos largos, ligeros y deslizantes. Los automasajes pueden ir acompañados de lociones o aceites corporales.
Podemos empezar masajeando los hombros y la parte posterior del cuello. A continuación, describimos movimientos circulares en nuestra frente con los pulgares, para posteriormente, extenderlos al cuero cabelludo. Debemos moverlos de la parte delantera a la posterior, y luego sobre los lados. Acto seguido, masajea tu cara, prestando especial atención a las sienes y la mandíbula, y utilizando el dedo corazón para masajear el puente de la nariz. Finalmente, cierra los ojos y inhala y exhala profundamente un par de veces.
Todas estas técnicas nos permitirán alcanzar una relajación óptima para dormir. No dudes en practicarlas si padeces de insomnio, ya que según una encuesta de No Sleepless Nights, el 80% de las personas que practican Mindfulness para dormir mejor, consideran que les ha ayudado.
El Mindfulness es una práctica muy efectiva para combatir el estrés, la ansiedad y la preocupación. A su vez, también nos permite luchar contra el insomnio, a través de numerosas técnicas de relajación que se pueden realizar antes de acostarse. Es importante seguir los pasos y concentrarnos cuando realicemos cada ejercicio. Todo pasa por dejar a un lado nuestros pensamientos, para concentrarnos en el presente, escuchando a nuestro cuerpo y a nuestras emociones.
Esperamos que el post te haya sido útil para conocer cómo la meditación y el Mindfulness pueden ayudarte a relajarte y dormir mejor. El bienestar y la salud es lo más importante, por ello debemos prestarle máxima atención. Si estás interesado en el tema, puedes obtener más información en alguno de nuestros cursos impartidos por Allende Villarejo, experta en inteligencia emocional y Mindfulness. Si quieres recibir emails con nuestros últimos artículos, así como ofertas para participar en nuestros cursos y talleres gratuítos puedes suscribirte a nuestra newsletter.
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